Magda Wolnik, responsable de la Comunidad de Sant’Egidio de Varsovia, recibió el 15 de marzo en la sala Peterlin de la Asociación de Intelectuales eslovenos de Trieste el Premio Nadja Maganja.
El premio se creó hace dieciséis años en recuerdo de Nadja Maganja, integrante de la comunidad eslovena de Trieste que desde su juventud se dedicó al sector social en pro del diálogo y la defensa de los derechos humanos para promover los valores que la guiaron a lo largo de su vida. Nadja Maganja, ya adulta, conoció la Comunidad de Sant’Egidio tras escribir un artículo en el Primorski Dvenik contra la pena de muerte.
El premio se otorga cada año a una mujer que destaca por un testimonio de vida marcado por la fe o por una o más de las cualidades que distinguieron la vida y la obra de Nadja Maganja, como el amor por la investigación histórica, científica, social o intelectual, el uso de la escritura para comunicar lo que uno vive y hace, el diálogo ecuménico e interreligioso, el trabajo pedagógico, la solidaridad con los pobres y los débiles y la defensa de los derechos humanos.
Entre las motivaciones del premio, el comité organizador destacó que “desde que conoció Sant’Egidio, Magdalena Wolnik-Mierzwa soñó un mundo mejor, más justo, solidario e inclusivo empezando por su ciudad, Varsovia, pero mirando hacia los horizontes del mundo. Nunca ha dejado de aprender del Evangelio a servir a los pobres, los que tiene cerca, los ancianos que visita y ama en su ciudad, las personas sin hogar y los refugiados”.